Nunca llueve a gusto de todos

No hay debate, para mí, sobre la seguridad tras la etapa de Chambéry, donde Porte, Contador o Majka se fueron al suelo. La de Porte, que fue la más aparatosa, fue culpa suya por cortar la carretera por donde no se podía. Las carreras se ganan yendo hacia arriba y hacia abajo. Hay muchas para correr, el ciclista y el equipo las eligen. La única pega es la de la crono inicial, donde se cayó Valverde, con un circuito peligroso para el asfalto mojado y, sobre todo, por seguir insistiendo con las vallas con patas en vez de vallas diferentes y colchonetas adheridas para proteger al corredor. Pero, por lo demás, cuando uno va a una carrera es porque sabe lo que hay. También se hizo difícil para Froome y Contador el año del pavés. Siempre hay que buscar algún pero para los malos resultados.

No entiendo las críticas al Tour por este asunto. Y quedan más finales con bajada como el del pasado domingo. A lo mejor el Tour lo ha hecho pensando en Bardet, que es francés y se defiende muy bien con esas condiciones, para forzar más a un Froome que lleva dominando ya cinco años. Nunca llueve a gusto de todos, y nunca mejor dicho.

Para las dos próximas etapas se buscará un grupo grande de escapados que pueda llegar. Si es pequeño, los equipos de los sprinters podrán controlarlos cómodamente. Y de cara al jueves en Peyragudes, deberíamos ver a un Contador que luchara por la etapa, ya sea con ataque largo o desde el inicio del último puerto.