En la primera llegada en alto de este Tour de Francia, en Longwy, se impuso Peter Sagan. Un figura. Lo que para cualquier otro (se le salió el pie del pedal) podría haber significado el fin de sus opciones de victoria, él lo solventó sin problemas y apunta claramente a ser el dueño del maillot verde en esta edición. Sería su sexto consecutivo. Los mismos que consiguió el gran Erik Zabel entre el 96 y el 2001.

No pudieron involucrarse en el sprint algunos de los pesos pesados de la velocidad. El repecho final, muy duro, no lo permitía. Si permitió en cambio que viéramos los primeros escarceos entre los favoritos. Probó Porte en los metros iniciales de la subida. Le siguió Contador, porque su equipo hizo un buen trabajo de colocación, y contemporizaron el resto de favoritos.

El miércoles será su turno. Se espera movimiento. Sobre todo de Porte, Froome y Bardet, los grandes favoritos. También, pero un escalón por debajo, de Contador y Nairo, al que habrá que ver cómo le afecta el Giro y la pérdida de su gregario de oro: Valverde. Hoy habría ganado. Quizá por eso arriesgó tanto en Düsseldorf. Sabía que si no perdía mucho tiempo hoy podía vestirse de amarillo.

Antes tendremos que ir desde Mondorf hasta Vittel, 207 kilómetros al término de los cuales los sprinters tendrán su segunda oportunidad en el recorrido de este año. Turno para velocistas más puros como Kittel, Démare o Cavendish, que hoy no pudieron con la cota final. No nos olvidemos de Sagan. Que este puede ganar donde se lo proponga.