El espejismo de la cantera del Barça: se ha estropeado el ascensor

Preocupante. El ascenso del Barcelona B a Segunda A, los éxitos en diversas categorías oficiales del fútbol base, así como los más mediáticos en los torneos televisados de cantera que abundan cuando el fútbol de los mayores se para, envían el mensaje al aficionado culé de que la cantera blaugrana sigue gozando de una salud de hierro, pero más allá del espejismo, la realidad es otra. Y bastante preocupante.

Alarma. Partiendo de la base de que el objetivo del fútbol formativo en un club como el Barcelona es el de aportar jugadores al primer equipo por encima de ganar títulos (cosa que con la potencia de los blaugrana en los torneos cae por su propio peso), la marcha de dos juveniles y un cadete son un síntoma de alarma. Mateu Morey, del Juvenil B se va al Bayern Múnich, Jordi Mboula (máximo goleador de la Youth League) se marcha al Mónaco y el cadete Eric García ficha por el Manchester City. Los dos primeros han dejado tres millones cada uno en la caja, mientras que el segundo, ha aprovechado que quedaba libre para irse.

Motivos. Los motivos que esgrimen desde el entorno de estos futbolistas para explicar su decisión de irse son terribles y se resumen en la falta de confianza de los propios chavales en que desde el Barça un día se premie su progresión con una plaza en el primer equipo. No se marchan tanto por una cuestión económica sino de evolución. Mboula se ve este año jugando en la élite con el Mónaco, cosa impensable en el Barcelona y lo mismo podría aplicarse en un período de dos años a Eric García y Mateu Morey. Además, el ejemplo que ha dado el club recuperando a golpe de millones a los canteranos que un día se fueron y triunfaron fuera (casos de Piqué, Cesc o Alba) tampoco ayuda. De hecho, tiene más opciones de jugar en el primer equipo Bellerín, que se fue al Arsenal en su día, que Samper, que tuvo la misma oferta y la rechazó porque prefería seguir en su club.

El reto. Uno de los grandes desafíos de Valverde como técnico del Barça será el de arreglar el ascensor que comunica la cantera con el primer equipo. Este año, con Luis Enrique los jugadores del B han disputado únicamente 526 minutos con el primer equipo. Lejos quedan los más de 4.000 que llegaron a jugar cuando Pep Guardiola se sentaba en el banquillo del Camp Nou.