Villa, Raúl, Torres... y Silva
David Silva, que en Murcia jugó su partido 112 con España y que es, junto a Reina, Ramos e Iniesta el único que queda desde la segunda Eurocopa, la que se ganó con Luis Aragonés en 2008, ha alcanzado su plenitud en la Selección. Mientras que Diego Costa y Vitolo, con cuatro tantos cada uno, son los máximos goleadores en la fase de clasificación, David Silva, con siete, es el que más goles lleva en la era Lopetegui. Con 31 tantos en su etapa internacional, el canario ya es el cuarto máximo goleador de España por detrás sólo de tres grandes rematadores: Villa (59), Raúl (44) y Torres (38). Un gran mérito.
Sin ser un ‘hombre de área’ reconocible de un solo golpe de vista, Silva se ha colado sin hacer ruido entre los mejores especialistas. Ahora, al ser designado como primer lanzador de penaltis de España, tiene a tiro meterse en el podio de los goleadores de La Roja. Es un reto que tiene por delante. El que Lopetegui haya establecido un protocolo para los lanzadores es bueno para la Selección. Así se evitan situaciones como la acaecida en la última Eurocopa, cuando Silva cogió el balón para lanzar la pena máxima ante Croacia y Sergio Ramos terminó ejecutando el penalti.
Pero lo que realmente llama la atención de que haya sido Silva el elegido como primer lanzador de penaltis de España es el mensaje que deja su elección. Generalmente este honor suele corresponderle a los goleadores, a los delanteros centro. Villa no perdonaba uno. Es lógico. El ‘9’ es el único del equipo, junto con el portero, que tiene unidad de medida. Se le valora por los goles que mete. Y al portero por los que recibe. Por eso hay un Pichichi y un Zamora. Y por eso resulta más sintomático lo de Silva, el más fiable en esa suerte.