David Silva se ha convertido en el Pichichi de Lopetegui. El canario ha anotado siete goles desde que llegó Julen al banquillo de la Selección y ya apunta a Torres, Raúl y Villa. Tiene a El Niño a siete goles y de aquí al Mundial de Rusia, si sigue este ritmo goleador, le podría alcanzar. Abrió Silva la lata cafetera después de haber desperdiciado una ocasión de las que no falla con La Roja. Pero Colombia fue a Murcia a ganar y jugó con un punto más de intensidad que España. Lo de la intensidad es muchas veces un topicazo dentro de un análisis maniqueo, pero este partido amistoso, colocado en esta fecha FIFA dos semanas después de terminar la Liga, es una faena para los jugadores. Lopetegui diseñó un plan para tener a los jugadores enchufados, pero hubo momentos en los que faltó ese arrojo que sí tuvieron los de Pekerman, que lo dieron todo con entradas excesivamente duras en varios lances. El partido fue una advertencia para el choque del domingo en Macedonia.

Se agradeció ciertamente esa agresividad colombiana, con la que la selección de un James desdibujado y un Falcao que vuelve a rugir consiguió voltear el gol de Silva. La Selección reaccionó y pudo dar la vuelta de nuevo al partido. La voracidad de Morata al rematar como un lobo el gran centro de Saúl recordó al empuje que suele hacer el Madrid hasta el final. Solo faltó que estuviera Ramos en el campo para que se prodigue también con goles milagreros con España como hace con su Madrid. El domingo juega Sergio...