Una Juve que sufrió un vendaval de fútbol
La Juve se pareció a sí misma en la primera parte y ahí superó en muchos tramos al Real Madrid. Presión alta, balones largos de Bonucci a la espalda de la defensa y algunas fases de repliegue. Aún sin tener un buen Dybala y a Higuaín muy buen sujetado por Sergio Ramos y Varane, la Juve mereció el empate de Mandzukic y se marchó al descanso con el Real Madrid en la silla del dentista. Un buen Pjanic en el medio y un rival confundido. Pero en cuanto el Real Madrid se fue a por el partido y Kroos y Modric se hicieron con el mando, la Juve se acabó. Demasiada diferencia técnica en el medio, Pjanic desbordado y el rival llegando al ataque como aviones. Muchos juventinos terminaron el partido muy por debajo de su nivel. Dybala desconocido, Higuaín incapaz, Barzagli desbordado. Incluso Buffon pareció terrenal en una de las peores noches de su carrera.
Poco banquillo tenía Allegri para parar el aluvión de fútbol. Lemina por Dybala para presionar más arriba pero el equipo ya estaba roto. Lo terminó de destrozar Cuadrado.
Estos cuatro goles no empañan una gran temporada juventina. Un equipo que supo rehacerse, con una superioridad táctica y técnica apabullante sobre los rivales. Pocos equipos en Europa pueden competir con esta Juve. Y pocas veces se encontrará un vendaval como el que tuvo en la segunda parte. Se quedó sin el premio gordo pero en Italia marca una época. No hay ninguna duda.