Por qué se llama ‘Calcio’
Los periódicos cuentan que ‘la Juve’ ha ganado “el Calcio”, y tal vez muchos se pregunten si esto tendrá que ver con aquel elemento químico sin el cual nuestros huesos y nuestros dientes serían pura inconsistencia. Ya se entiende, pues, que el calcio resulta muy valioso, pero ¿habrán llamado así al campeonato de Italia por eso?
Claro que no.
El elemento químico “calcio” toma su nombre del latín “calx, calcis”. De esa rama etimológica deriva también nuestra “cal” (óxido de calcio), con la que se suelen trazar las líneas de los campos de fútbol.
Vieja costumbre ésa: en latín, “calx” significaba además, por ese motivo, “meta” (pues la línea de llegada se marcaba igualmente con cal).
Ahí tienen su origen también el “cálculo” renal y el “cálculo” matemático: el primero, porque se forma con piezas de cal: y el segundo, porque los niños romanos aprendían a contar con piedrecitas similares.
Vista la de cal, vayamos a la de arena.
A bote pronto, podría pensarse que la palabra italiana “Calcio” procede de “calix, calicis”, que significa “copa” y de donde derivó también el “cálice” o “cáliz” de la iglesia.
Algo tiene que ver todo eso, pero el origen de “Calcio” se halla más lejos.
El “calcio” medieval de Florencia (que se supone el antecedente más antiguo del actual fútbol) se llamó así a partir de la voz “calx”, pero en este caso con un significado distinto marcado quizás por su procedencia etrusca: designaba el pie (y más propiamente el talón).
¿Y tienen algo que ver el cáliz y el pie? Pues sí. La relación se establece a partir de “calice”, el recipiente que se apoya en un pie. Qué gracioso: el “cálice” o “cáliz” es una copa con pata; y el “calcio”, una patada.
Por eso un dicho como “servirse de pies y manos” se expresaba así en latín: “pugnis et ‘calcibus’ uti”.
Según se ve, no resulta difícil deducir la relación de esos términos con nuestros vocablos “calzado” y “calcetín”.
Y como me recuerda mi amable asesor en italiano, y periodista turinés, Josto Maffeo, en su idioma la expresión “mandalo via a ‘calci’ nel sedere” significa “échalo a patadas en el trasero”.
Así pues, el Calcio, el pie, el calzado, la copa y la cal tienen una vieja relación que viene del latín.
Y en atención a la cultura de la vieja Roma, musitaremos “ave, Juventus” con todo respeto. Pero enseguida gritaremos: ¡Hala, Madrid!..., con la esperanza de levantar el “cálice”.