El año del Atlético Femenino ha sido histórico. El equipo rojiblanco se llevó el título liguero. Pero el gran logro es que estas chicas hayan emocionado a tantos y tantos seguidores del club madrileño, pendientes de ellas como del conjunto masculino. El día que el Atlético jugó ante el Barcelona la afición se mantuvo en vilo hasta el pitido final. El empate a falta de una jornada le ponía el título en bandeja al conjunto de Villacampa y los seguidores sufrieron con ellas. Hasta hace poco tiempo esto parecía algo inimaginable.
En su visita a AS, Lola Romero y María Vargas agradecieron el apoyo prestado y esa corriente a favor que han tenido durante toda la temporada. Pero prometieron no quedarse en esto. Prometieron dar guerra en la Copa, donde al Atlético le espera un apasionante derbi ante el Rayo. Atrás quedaron años de lucha, de entrenarse en Majadahonda en horarios que nadie quería, en unas condiciones impropias para un equipo así. Las chicas del Atleti han llegado a lo más alto para quedarse. Ya sólo tiene que preocuparse de hacer lo que saben: jugar al fútbol.