All Blacks: Éxito, cultura y respeto
No hay nada comparable a llegar a ser un All Black. Tanto que para ello sus jugadores, los mejores del planeta, deben renunciar a las suculentas ofertas europeas.
No es sólo éxito, es cultura y respeto. Los famosos ‘Valores’ del rugby que quedan encarnados en la figura de los All Blacks, el equipo más temido y admirado del planeta. Su dimensión actual es difícilmente equiparable a otros deportes, quizá a la selección estadounidense de baloncesto o como si existiese un equipo de Copa Davis con Nadal, Federer, Djokovic y Murray. Campeones de los últimos dos mundiales, lucir el helecho en el pecho de esa camiseta es formar parte de la historia. La Haka, el ‘Ka Mate’ o el ‘Kapa o Pango’ evoca la batalla, un grupo de guerreros entre los que figuran rasgos occidentales y también maoríes.
Dos culturas que conviven a la perfección y que crean, desde bien niños, una figura especial. No hay nada comparable a llegar a ser un All Black. Tanto que para ello sus jugadores, los mejores del planeta, deben renunciar a las suculentas ofertas europeas y seguir jugando en su país. Figuras como Riche McCaw (gran capitán retirado el año pasado) nunca salieron de la isla kiwi salvo para jugar por su país. Los que lo hacen, como Dan Carter, lo afrontan ya como un retiro dorado, habiendo dado su mejor nivel por su país y los combinados de Crusaders, Hurricanes, Chiefs, Highlanders o Blues, franquicias que además arrollan literalmente a sus rivales en el actual Super Rugby. Más allá de los éxitos, que los tienen y merecidos, su figura es evocada por otros deportes como un ejemplo a seguir. Estrellas mundiales que además limpian su propio vestuario tras un partido. Detalles que hacen grande este deporte, el simple día a día de algo tan simple como grandioso: ser un All Black.