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LaLiga que Zidane ganó con dos equipos

El Madrid bailaba en La Rosaleda transportado de alegría por este título de LaLiga que tanto deseaba, porque le estaba resultando esquiva de unos años acá. Una Liga dura, peleada con el Barça hasta el último día y resuelta con un último buen partido, ante un Málaga que gustó de verdad. Nada de francachela. El Málaga reaccionó brillantemente hace ya semanas a la mano de Míchel y, salvo el fallo que propició el primer gol del Madrid, hizo un partido impecable, con cuajo, con fútbol y con remate. Keylor Navas, definitivamente recuperado, estuvo entre los mejores del Madrid. Una de sus paradas, en golpe franco de Sandro, fue de antología.

La tarde se le encarriló al Madrid muy pronto, con el gol de Cristiano a perfecto pase de Isco, que recogió un corte equivocado de un rival. Pronto llegó la noticia del primer gol del japonés Inui en el Camp Nou. Parecía todo resuelto muy pronto. Pero el Málaga dio la medida de gran equipo de estas últimas semanas y mantuvo la tarde viva, con su insistencia, su buen juego y la imponente presencia de Sandro, que se ha convertido en la revelación del final de temporada. Hasta el 0-2, bien entrada la segunda parte, no tuvo el Madrid el título en la mano. Para entonces ya no importaba que el Barça fuera remontando, hasta cerrar ese 4-2, con un golazo de Messi.

LaLiga no se gana en una tarde, sino en 38. Se gana en las cuatro estaciones y en todos los campos. Y no se gana con once, sino con veintidós. En Málaga fueron los titulares los que sacaron el partido en Málaga, donde no hace tanto perdió el Barça, pero en Ipurua, El Molinón, Butarque, Riazor y Los Cármenes ganó la segunda unidad 15 puntos decisivos, sin fallo. Ese ha sido el plus frente al Barça, la aportación de los suplentes, brillante en un caso, pálida en el otro. Mérito de Zidane, que ha sabido hacer lo más difícil para un entrenador: mantener comprometidos y activos a los no habituales. Un gran título para el Madrid, que ya mira hacia Cardiff.