Robert, Luis Enrique y Messi, el Sorpresa ¡Sorpresa! del Barcelona
El ejecutivo. Robert Fernández, secretario técnico del Barcelona, pronunció esta semana en RAC1 una de las frases del año: “El próximo entrenador del Barcelona ya está decidido, pero él todavía no lo sabe porque no se lo hemos dicho”. Y uno se imagina a Robert como si fuera Isabel Gemio en el programa de los años 90 Sorpresa ¡Sorpresa! Presentándose a finales de mayo en cualquier ciudad deportiva, interrumpiendo una sesión preparatoria con un ramo de rosas y unos cámaras retransmitiendo en directo para decirle al interesado, que en ese momento igual está pegando una bronca a sus laterales, que es el elegido para sentarse en el banquillo del Camp Nou. La capacidad de sorpresa del Barça es difícil de superar.
El equipo. Hasta ahora, el curso ha sido para el Barcelona una montaña rusa en la que el equipo de Luis Enrique ha sido capaz de completar el Grand Slam de ganar en los teóricamente cinco estadios más complicados de LaLiga (Bernabéu, Calderón, San Mamés, Mestalla y Pizjuán) y dejarse la piel a jirones en La Rosaleda, Riazor o el Benito Villamarín. Por eso, cualquier previsión de lo que pueda pasar en las últimas jornadas realizada desde el bando blaugrana debería centrarse más en lo que es capaz de hacer su equipo que lo que haga el rival, porque hasta ahora, lo sorprendente en el Barça ha sido la regularidad.
La estrella. El que no deja de deparar sorpresas es Messi, de quien uno cree haberlo visto todo y escuchado todo, pero que sigue dejando al personal con la boca abierta. Su partido en el Bernabéu fue majestuoso, pero la sorpresa llegó con una celebración nunca vista que va a hacer escuela. Tan contenida como reivindicativa. Es muy difícil de discernir que es lo que pasa por una mente como la de Messi, que tras decidir un partidazo como ese, tenga la calma de exhibir la camiseta como el que expone un lienzo. La sorpresa, por otra parte, es que siga sin renovar.
La afición. Lo que tampoco deja de sorprender es la capacidad de los aficionados de a pie para homenajear y/o calificar a Messi. La idea de exhibir su camiseta como él hizo en el Bernabéu hará fortuna. Por otro lado, un seguidor del Espanyol me dijo el otro día que “a partir de hoy, ya no celebro ningún cumpleaños más. Sólo celebraré el 24 de junio, el de Messi, porque eso quiere decir que se hace mayor y ya falta menos para que se retire”. La capacidad de sorpresa no tiene límites.