Carrasco: una lesión que no es preocupante
El parte emitido por los servicios médicos del Atlético de Madrid nos dice que Carrasco sufre un esguince de la articulación acromio-clavicular del hombro derecho, de grado I. Eso quiere decir que ha habido una pequeña rotura del ligamento que une el extremo externo de la clavícula con el acromion, junto con una pequeña rotura de la capsula articular, produciendo un pequeño desplazamiento o separación parcial de los dos huesos. La lesión provoca inflamación y dolor en las primeras 72 horas, para ir remitiendo de forma progresiva con el paso de los días. Durante una semana es conveniente que se guarde reposo deportivo relativo y sobre todo que no se mueva el brazo mas allá de los 90 grados, para facilitar la cicatrización de las lesiones.
Esta es una de las lesiones más frecuentes que hay en el deporte, tanto aficionado como profesional, y en la inmensa mayoría de las veces en unas dos semanas el jugador puede volver a los terrenos de juego sin menoscabo de su potencial físico. Hay ocasiones, en las que, por necesidades imperiosas del equipo o porque el dolor se alarga más del tiempo deseado, es necesario poner una o dos infiltraciones intraarticulares, para que el dolor cese completamente. En el caso de Carrasco, los antiinflamatorios y los tratamientos de fisioterapia, con masoterapia y electroterapia en sus diversas modalidades, jugarán también un papel importante, para bajar el componente inflamatorio y acelerar en lo posible la pronta recuperación del jugador.