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TOMÁS RONCERO

Messi, aprende de Cristiano

“Messi es estratosférico”, “Dios Messi”, “¿De qué Galaxia viniste, Leo?”… Este tipo de expresiones hiperbolizadas nos inundan desde hace años los oídos para festejar y encumbrar las actuaciones del argentino. Nadie discute su excelente calidad, su talento individual y su factor diferencial. Pero todo eso es tan cierto como afirmar con rotundidad que desde hace unos años desaparece de forma clamorosa en los partidos importantes. Estoy cansado de escuchar desde el otro lado del Puente Aéreo que Cristiano está sobrevalorado porque no se le ve en los días grandes. Tan injusto como incorrecto. El ganador de cuatro Balones de Oro conquistó Múnich con una actuación estelar que tumbó al todopoderoso Bayern de Ancelotti. Sólo él pudo con ese muro con guantes llamado Neuer. Cristiano también metió el año pasado el gol de la victoria en el Clásico del Camp Nou (1-2), en una noche en la que Messi estuvo Missing. También el curso pasado, el portugués firmó ante el Wolfsburgo el ‘hat-trick’ que evitó la eliminación de su equipo. Y firmó en la final de Milán el penalti definitivo que daba la Undécima. Y este año, cuando el equipo sucumbía en el Bernabéu ante el Sporting de Portugal, metió en el minuto 89 un golazo de falta que encauzó el camino de la remontada (luego llegó el gol de Morata). Y no olviden el ‘hat-trick’ de este año en el derbi del Calderón. Para esconderse en los grandes días disimula bien… Sin embargo, Messi lleva seis Clásicos seguidos sin ver puerta. Lo han leído bien. Seis Clásicos a cero. Hay que remontarse a la temporada 2013-14 en el Bernabéu para verle mojar ante los blancos. Hizo un ‘hat-trick’, pero dos goles fueron de penalti… En los 25 Clásicos que se han visto ambos las caras, Messi ha metido 15 goles… pero Cristiano metió uno más: 16. 

Y vayamos a las desapariciones de Messi en los días de la verdad. Este curso estuvo inédito en el 4-0 de París con el PSG, en el 3-0 de anoche en Turín, en el 4-3 de Vigo en Balaídos, en el último Clásico del Camp Nou con el Madrid (1-1), en el 2-0 con el Málaga en La Rosaleda y en la remontada ante el PSG, que fue una suma de Neymar + Aytekin. Messi sólo salió en la foto final con el público... Tampoco vimos a Leo en las dos eliminatorias de cuartos de final de Champions contra el Atleti en las que el Barça quedó eliminado (no hizo nada ni en la ida ni en la vuelta de los cuatros partidos), tampoco se dejó ver en las dos finales de Copa en Mestalla ante el Madrid (por cierto, Cristiano metió el gol de oro en la prórroga de la final de 2011)… No busquen tampoco a Messi en la ‘final’ de la Liga de 2014 en el Camp Nou ante el Atleti. El gol del Barça fue de Alexis y el 1-1 final dio el título a los rojiblancos. Recuerden también que en la semifinal de la Champions de 2012 Messi falló un penalti en el Camp Nou ante el Chelsea de Fernando Torres que le costó la eliminación a su equipo. ¿Y donde estuvo Messi en el 4-0 y 0-3 del Bayern que arrasó a los azulgrana en la semifinal de Champions de 2013? ¿Y dónde estuvo Messi en la final del Mundial con Argentina ante Alemania? ¿Y en las dos últimas finales de la Copa América ante Chile, penalti fallado incluido? ¿Y qué hizo Messi en el Mundial de 2010 en Suráfrica? Hasta un surcoreano metió más goles que él (Leo no estrenó su casillero…). Todo esto sirve para evaluar que a Messi hay que ponerle en su justa medida. Di Stéfano ganó cinco Copas de Europa consecutivas (marcando gol en las cinco finales) y Maradona ganó él solito el Mundial de 1986, aparte de dar dos Scudettos y una Copa de la UEFA a un equipo mediano como el Nápoles. Para ser el mejor de la historia, Messi se despista en los días donde uno debe ganarse esa gloria…