Abrazos sí, delanteros no
Otro partido en un gran escenario y otro varapalo para el Sevilla. Otro duelo ante un grande y otro mensaje de pequeñez desde el once titular, en el que no aparece ningún delantero puro. Otra oportunidad de enseñar los dientes y de tirar de la rebeldía que Sampaoli pregona, que se queda en abrazos reverenciales en el túnel de vestuarios antes de saltar al césped. Otro partido, y van seis consecutivos, en los que el Sevilla ni huele la posibilidad de lograr el triunfo. Y lo malo es que no extraña lo más mínimo.
Sampaoli pide un equipo que compita por el título la próxima temporada y parece que poco importa que el Atlético de Madrid haya recortado nueve puntos y haya sacado otros tres, doce en total, en cinco jornadas. Luchar la Liga era una quimera, pero pelear el tercer puesto debía ser una obligación tal y como se había puesto el curso. En Nervión, tanto en las oficinas como en el seno del cuerpo técnico, bien harían en mirar a los ojos a la pelea por el cuarto puesto. Y que siempre haya más delanteros que abrazos en el césped.