Con Benzema y Casemiro por bandera
Buenos tres puntos para el Madrid. San Mamés era la última salida dura que le quedaba, salvando la aplazada de Balaídos, que guarda como una bala en la recámara, y ganó. Pero las sensaciones no son tranquilizadoras. El partido lo llevó mejor el Athletic, que salió estupendamente bien, impresionó en el primer cuarto de hora y luego mantuvo casi siempre en su mano los hilos del juego. Al Madrid le sacó de su mal arranque Benzema, que bajó a la media e hizo de motor de arranque. Estuvo en tres jugadas bien armadas que frenaron el ímpetu del Athletic y después de eso tuvo el acierto de marcar el 0-1, a buen pase de Cristiano.
Ver a Benzema así da esperanzas y remite a una pregunta: ¿por qué no juega siempre así? Recuerdo que una vez le leí en una entrevista a Curro Romero que "si yo toreara siempre bien no sería un torero, sería un currante". Benzema es torero. Currante es el otro pilar del Madrid ayer (y éste, casi siempre), Casemiro, que cortó, armó, pegó, le pegaron, arrancó la jugada del primer gol con un gran lanzamiento a Cristiano y marcó el segundo, en un córner, colándose sigilosamente entre los vigilantes de Sergio Ramos. Fue un gol providencial porque el Athletic, que acababa de hacer el 1-1, lo sintió como un jarro de agua fría y tardó en reponerse.
Benzema y Casemiro, pues. Pero Modric no recupera el tono, Bale menos aún, la velocidad de Cristiano es otra (aunque no su insistencia) y Marcelo se descuida demasiado atrás. Y cuando no se descuida, también pierde. Ayer Williams le ganó todos los tiros, entre ellos el que produjo el 1-1, centro suyo, dejada de Raúl García a Aduriz y cabezazo de éste. Al Athletic le faltó algo de remate. Eso dio vidilla al Madrid, que cazó sus dos goles en muy pocas aproximaciones. El saldo final fue un partido bravo, intenso, de pierna fuerte pero deportividad final, con abrazos entre todos. Estos dos clubes se respetan desde el fondo de la historia.