Las sombras de Keylor Navas y la penúltima lección de Iker Casillas
Segundo plato. Es importante conocer la historia para saber de qué pasta está hecho cada cual. Keylor Navas estuvo sobresaliente la temporada pasada, después de haberse levantado como si tal cosa del patético episodio del fax, el reconocimiento médico por el United pasado en Valdebebas y un avión privado esperando en Torrejón para llevarle a Inglaterra, con nocturnidad y alevosía. El tico se levantó, cuajó la mejor temporada de su vida y fue uno de los grandes artífices de la última Copa de Europa conquistada por el Real Madrid.
El legado de Casillas. Son varios los porteros de grandes clubes que se han hundido ante una cantada monumental. Keylor cometió su error más grosero desde que es guardameta del Real Madrid en el gol del Betis, pero, lejos de caerse, se volvió a levantar para devolver con un paradón antológico los dos puntos que Ramos, siempre Ramos, había rescatado en el enésimo córner lanzado por Kroos. Keylor es portero para el Real Madrid, lo ha demostrado sobradamente. Ahora le toca bailar con las sombras de De Gea y Courtois planeando por su área chica. Seguro que valora más que nadie lo que durante tantos años defendió Iker Casillas. Las cosas no pasan por casualidad. El de Móstoles es el portero menos goleado de Europa. Los que le sacaron por la puerta de atrás del Madrid no podrán evitar que se vaya por la puerta grande del fútbol… cuando él decida.
Más allá de Sergio Ramos. El Real Madrid tiene problemas serios de juego, sobre todo de falta de control de los partidos. Le hacen demasiadas ocasiones, se le han adelantado hasta 19 veces en el marcador esta temporada e incluso, cuando hace la hombrada de remontar, le siguen generando ocasiones con muy poco. De momento, Ramos ha llegado oportuno al rescate en demasiadas ocasiones, pero se vislumbra que, más pronto que tarde, se va a acabar quemando. Aunque suene a paradoja, ser líder y ser fiable puede no tener demasiado que ver.
El patético bucle arbitral. Si encuentran un rato entre el interesado ruido arbitral y la ancestral polémica no olviden disfrutar del fútbol que, más allá de los colores, regala emociones inauditas y momentos impensados. El fútbol, con sus miserias y los que prefieren recrearse en ellas, puede llegar a ser sencillamente maravilloso.