PATRICIA CAZÓN

Gloria en un partido de remontadas

Para mí el Atleti nació con Kiko y sus flechas. Recuerdo verlas volar los sábados en la tele de mi tía Erundina. También recuerdo el día que comenzó la fiebre.

Patricia Cazón
Patricia Cazón Trapote nació en Zotes del Páramo, León, en 1980. Licenciada en Periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca y Master de El País trabajó en El Diario de León y El País Semanal antes de llegar a AS en 2004. Cronista del Atlético desde 2016, es autora de cuatro libros y tertuliana en El Golazo de Gol y Estudio Estadio.
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Para mí el Atleti nació con Kiko y sus flechas. Recuerdo verlas volar los sábados en la tele de mi tía Erundina. También recuerdo el día que comenzó la fiebre. Un 30 de octubre. Atleti-Barça: comenzó 0-3, acabó 4-3. A mis primos, mayores, ya les dejaban salir. A mí aún no. Pero si eran sábados como aquel me daba igual. Ellos se lo perdían. Yo no. Yo me pegaba a la tele y me contagiaba de la emoción del Calderón en la distancia. Y, luego, al día siguiente, tenía que contárselo. Patri, 1-Primos, 0. Aunque a ellos les dejaran salir y a mí, cría de 13 años, todavía no. Llevo cinco días pensando en aquello, en aquel partido, en aquella remontada. Da igual que fuera en Liga y esta que se necesita ahora sea en Copa. Remontada. ¿En qué partido puede ser más posible que en este, un Barça-Atleti? Miro las piernas de Torres y la leo, la creo: remontada.

Veo al Cholo, el miércoles, de rodillas junto al escudo y la siento. Remontada. Veo a Grizi y miro el Camp Nou con un sueño. Remontada. Y veo a Godín y no puedo evitar sonreír: de su cabeza salió la última Liga. El partido no se ganó, vale, pero su gol llegó tras uno de Alexis. Casi remontada. O remontada suficiente: el 1-1 valía. El 1-2 del Barça en la ida no es definitivo. Y al Atleti le falta Gabi pero estará en la grada, como en Stamford Bridge, cuando el Chelsea marcó primero (Torres) y el Atleti respondió con tres goles. Hoy Torres vuelve a vestir sus colores, los nuestros, esos que le enseño su abuelo y se le hicieron fiebre con algo que me suena: las flechas de Kiko, mis medallas ante mis primos. “Las viví en directo, vosotros no”, chinchaba. Con razón: eso nunca habrá discoteca que lo mejore. Ahora sé: ellos sólo salían, yo conocía la gloria. Remontada.

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