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El tercer tiempo

Tiritando de frío

Vi con madridistas el Madrid-Celta. Se escuchaba de fondo esta canción de Alejandro Sanz, Corazón partío, con la que desde hace veinte años hemos resuelto tanta melancolía. Música para poner en forma tu corazón. A los madridistas la letra les convenía. “Tiritas pa este corazón partío”. Cuando el Celta hizo el segundo gol a los dos se les puso el alma natural: como la mía cuando fracasa el Barça. “Tiritando de frío”.

Ya lo ves

Así dice Alejandro Sanz: “Ya lo ves, que no hay dos sin tres, que la vida va y viene y que no se detiene”. A los grandes del fútbol les pasa eso: se ponen a rodar a favor y de pronto el viento los hiere. El Barça respira ahora, pero miren cómo se ahogaba. Al Zidane de la flor se le interrumpió el respiro. “Ya lo ves, que no hay dos sin tres”. Pero no siempre. El aficionado siempre busca un consuelo para el alma.

Perder y ganar

“Llévame si quieres a perder, a ningún destino, sin ningún por qué”. La cara que se nos queda: el ceño fruncido, la cabeza debajo de la almohada. Tomás Ondarra, pintor, contó el otro día de su afición por el Athletic: “Voy con mi padre a San Mamés. ¿Perdemos? Mi padre me lleva a casa, callado. ¿Ganamos? Jolgorio por el camino, zuritos”. Ver perder a otros no es consuelo sino de tontos. Oigan a Alejandro.

Corazón que no ve

Alejandro Sanz es un madridista de los de antes, como Zidane, por lo que sé de él. De modo que lo imagino así, con el corazón partío cuando su equipo se parte, como los Ondarra, callado hasta el día siguiente. De jolgorio cuando gana. El fútbol es el corazón, el alma que se sale por la boca en la derrota. Dice así en su canción más famosa: “Ya lo sé, que corazón que no ve es corazón que no siente”.

Sigue aquel dolor

Esa canción que cumple dos décadas tiene esa estrofa que me vino a la mente viendo cómo la grada, con tanto madridista descorazonado, recibió a su equipo el sábado: “Sigue aquel dolor por creer en ti…” Se repetía el silencio ante Cristiano, ante Benzema… Glorias antes, ahora bajo el prejuicio de su fracaso. La afición herida es un potro desbocado; pasa de la euforia a la melancolía. ¿Y contagia al equipo?

Las emociones

El fútbol es emoción. Hay cosas más fuertes, “golpes, qué sé yo”, decía César Vallejo. Pero sin emoción el fútbol es cero a cero, nada. La UD Las Palmas empató ante el Deportivo. Fútbol atlántico cosido con tiritas. Emoción por la nada. Tiene razón Alejandro: “Quién me va a entregar sus emociones”. El fútbol es corazón partío o no es nada. Ganar o perder. Por eso nos gusta, porque nos hace sufrir. Es corazón. Partío.

Partido a partido

No le pregunté a Ondarra qué hace su familia cuando empata el Athletic. Me habló tan bien del Atlético, que es pariente directo del bilbaíno, que lo imaginé con el corazón partío. Cuando vi desfilar a los futbolistas vascos después del empate me di cuenta de que los Ondarra estarían igual, rotos como los huevos de Lucio. Simeone, por su parte, tendrá que cambiar su eslogan, partío a partío, para hacerlo empate a empate.

Duelo en la cumbre

El Sevilla se puso tiritas de frío en Pamplona; el entrenador de moda, Sampaoli, es capaz de coser una herida y dos y tres. El Barça no logra romper su armadura. Aunque anoche puso a sus lanzadores en el límite de su compromiso. Verlos jugar es una alegría para el corazón, que tanto nos ha partío este equipo que se propone ser el que fue. ¿Lo será? Aún le faltan tiritas para ese corazón partío.

La frase

“Tiritas para este corazón partío”

Alejandro Sanz