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Frío siberiano. Parece que la AEMET (Agencia Estatal de Meteorología) se haya aliado al Madrid para compartir ese frío siberiano que tiene congelada a gran parte de España. Precisamente Pontevedra es una de las cinco únicas provincias de la piel de toro (junto a Cádiz, Huelva, A Coruña y Sevilla) que han logrado evadirse de ese frío gélido, áspero, inmisericorde e implacable que nos tiene entumecidos. Y eso que el Celta llegaba con una presunta borrasca interna. Apartar sine die a Orellana de la plantilla celeste es como si Zidane hubiese hecho lo mismo con un futbolista de la jerarquía de Kroos o Bale. Pero no les pasó factura en el pasto. Al contrario. Mordieron. Corrieron. Olieron la presa. Buscaron entre la hojarasca que patinaba por la nieve caída desde el Pizjuán. Un equipo grande no busca excusas. Las destierra. No me explico lo sucedido desde el minuto 85 del partido del domingo en Sevilla. Asumo un resbalón sobre una cáscara gigante de plátano. O sea, el autogol de Ramos, la no salida de Keylor, la indolencia de Benzema en el control del saque de banda de Carvajal y la mala colocación de Navas en el tiro lejano de Jovetic. Pero tres días después no puede ser que la cáscara siga pegada debajo de nuestras botas. Lo de anoche no fue otro resbalón. Fue un piñazo en toda regla. Ojalá sean dos episodios aislados. Pero no me gusta la fría reacción de la tropa tras el primer gran contratiempo en nueve meses. Zidane ha puesto el dedo en la llaga: “Nos ha faltado intensidad...”.

Buen Celta. Iago Aspas es el jugador-franquicia de los gallegos. Lo demuestra cada día que se pone la celeste. Anoche metió el gol que falló Benzema. Cuando te cae un balón muerto en el corazón del área hay que fusilar, ser despiadado, dejarle claro al enemigo que no piensas pedir clemencia para él... Iago Aspas martilleó a Kiko Casilla con la entereza y la precisión de un ejecutor profesional. Benzema, minutos más tarde, pudo restañar la herida abierta generada por su blandicontrol del Pizjuán que dio pie al 2-1 de marras. Pero envió la pelota al cielo del Bernabéu. A Higuaín lo desterraron en su día por tener fallos de ese calibre en Champions. Karim es muy bueno y ya ha superado a Butragueño y Pirri en la tabla de goleadores. Pero le quiero ver más en los días donde los pajaritos disparan contra las escopetas y cuando el Joker puede con Batman. Karim, ¡más sangre, más mala leche y más energía por favor! Ayer se cumplieron 20 años del golazo de Raúl al Atleti en el Calderón. Superlópez sabe de lo que hablo. Igualito que Karim...

Marcelazo. Cuando el crack brasileño sacó el orgullo de capitán (lo es tras Sergio Ramos) firmando el 1-1 de la esperanza para paliar su error en el despeje del 0-1, me vine arriba como un niño en el día de su Comunión. Pero en menos de un minuto se me quedó una cara de gili que todavía me cuesta desencajar. El regalo del 1-2 certifica que, efectivamente, “Houston, tenemos un problema”.

Remontada. Dicho esto, me juego con todos ustedes lo que quieran a que este Madrid sacará la raza de campeón en Balaídos y conseguirá remontar el 1-2 para certificar su pase a semifinales. Los héroes de los 40 partidos invictos siguen aquí. Son ellos. No son sombras chinescas. Me lo recuerdan las peñas Espinosa de Navacerrada, Sant Vicenc dels Horts, Plana Blanca de Castellón, Bedmar de Jaén y mi amigo Juanjo Lozano, Presidente de Honor de la Peña Huapango de Torrejón. ¡ÁNIMO!