Marcelo: un galáctico a bajo coste

A Marcelo se le ha puesto cara de hombre en el Madrid, pero sigue jugando al fútbol como si estuviera en Copacabana echando un partidito con sus colegas. El lateral cumple una década vestido de blanco en su mejor momento como futbolista. Conseguir que el exigente público  del Bernabéu, acostumbrado a ver gobernar la banda izquierda durante muchas temporadas a Roberto Carlos, te rinda pleitesía, son palabras mayores. En este momento es, de largo, el mejor lateral izquierdo del mundo. Marcelo, que tiene el talento de serie, ha trabajado mucho para mejorar en dos aspectos que le penalizaban claramente: la preparación física y la atención defensiva. Se lesiona mucho menos, está más fino que nunca y cuenta con la absoluta confianza de un entrenador que entiende perfectamente sus características de juego y no le coarta su libertad creativa.

Zidane le deja plena libertad en ataque porque es consciente de que nadie desatasca los partidos enfangados con la facilidad del brasileño.  Además ha sido capaz de asumir su papel como uno de los capitanes del club con una responsabilidad plena y sus compañeros le reconocen como uno de los tipos a los que hay que escuchar en la caseta. No fue un fichaje galáctico ni falta que le ha hecho porque Marcelo ya es parte de la historia de este club no por haber sido muy caro, sino por haber sido muy bueno. Y eso, en este Madrid, es un gran ejemplo y tiene un gran mérito. Exactamente el mismo mérito que tienen los que hace diez años se la jugaron por ficharle cuando no era más que un crío