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Zidane tenía un plan y le salió de perlas

La sorpresa del martes fue que Cristiano no iba convocado. La sorpresa del miércoles fue que tampoco salió Benzema. ¿Desprecia la Copa Zidane? Eso nos preguntamos algunos. Pero cuando comenzó el partido llegó la explicación: el trío de ataque, James, Morata y Asensio, se echó sobre la defensa del Sevilla, con el resto del equipo adelantado. El Sevilla es equipo de salir tocando y el Madrid le ahogó. Con Cristiano y Benzema, evidentemente, no hubiera sido posible esto. El Sevilla, que venía a manejar el balón, no pudo hacerlo, y además se comió el primer gol en una pérdida en salida, con robo de Casemiro y perfecto disparo de James.

El partido fue un curso del Madrid, un curso de Zidane. James se movía hacia el centro, abriendo sitio a las subidas de Carvajal. Por la derecha, Marcelo abusó de la pereza de Ganso y se unió a Asensio para abrasar a Mariano. Cuando el Sevilla consiguió llegar arriba e intentó cegar la salida del Madrid, el buen pie de los jugadores blancos y su mejor colocación rompieron el plan de Sampaoli. Como encima de todo esto al Sevilla le salió cruz con Mateu en todas, el equipo andaluz pasó por el Bernabéu como una sombra de sí mismo. No tuvo brío, ni juego de conjunto, ni sus hombres más brillantes, los Vitolo, Nzonzi, Nasri y demás, hicieron nada.

En el Madrid fue justo lo contrario. Todos dieron su mejor nivel, o casi. Más fuertes, más rápidos, mejor colocados, seguros de su plan, conociendo cada cuál su encaje en el sistema. James lució como el superclase mundial que es, Marcelo hizo maravillas, Casemiro lo barrió todo, los defensas estuvieron rápidos. Sólo Morata tuvo uno de esos partidos atorados que a veces le sobrevienen, de modo que se acogió bien la salida de Mariano, con su entusiasmo contagioso. Zidane cumplía un año justo en el Madrid. Ganó su partido número 41 de 54. Sólo ha perdido dos. Ahora lleva 38 invicto. Ayer lo bordó. El suyo fue un cumpleaños muy feliz.