El nuevo banquillo del ingeniero
Pellegrini. Despacho de Pellegrini en Santiago de Chile. En la pared, un póster de Ronaldo con la camiseta del Barcelona y otro de Zidane con la de Francia. En medio, unos cuantos ordenadores y, dentro de ellos, un programa, Engineering Football (ingeniería del fútbol), para aprender todos los secretos tácticos, técnicos y emotivos del exentrenador del City, el Málaga, el Madrid y el Villarreal. El nuevo proyecto del técnico, desarrollado junto a su hijo Juan Ignacio, que presentó la semana pasada en su país. La aplicación funciona como un curso en línea, con tres áreas (entrenamientos, análisis y sesiones o charlas) y el principal profesor es el mismo Pellegrini. Desbloquear cada área cuesta 15 dólares, 45 el paquete completo. La modernidad, las vías de negocio, el fútbol.
Gago. No es que se llevaran muy bien, pero Pellegrini y Gago coincidieron en el Real Madrid. Uno como jefe y otro como subordinado sin demasiados minutos. Ambos se fueron, cada uno por su lado. Hoy el futbolista está de vuelta en Boca Juniors, tras superar otra grave lesión, esta vez en el tendón de Aquiles. Y el equipo se ha puesto a funcionar cosido a su retorno. Goleando al River o cerrando el año al frente del campeonato argentino. Buscan los xeneizes una explicación a su resurgir y sólo la encuentran en la claridad, la simplicidad y el fútbol asociativo de su medio centro. Reapareció y de repente todos se pusieron a jugar. Incluso Tévez. De repente, cuatro victorias consecutivas. Lo que lleva Fernando Gago de regreso en el once titular.
Gallardo. Incluso a pesar de Batalla, el joven arquero de 20 años por el que apuesta y que está creciendo a golpe de fallos garrafales (muchos y sonados), el muñeco Gallardo sigue coleccionando títulos. El jueves, en un partido trepidante ante Central (Eduardo Coudet renunció al banquillo rosarino tras la derrota) se hizo con la Copa argentina. Es su sexta corona con River Plate después de ocho finales. Un entrenador ganador, de presión y toque, protagonista. Y en esta oportunidad, con olfato en los cambios. Uno de ellos, a la postre el que le dio el triunfo en la final (4-3), Iván Alonso, uruguayo de 37 años y que ya jugaba en España hace 16 con Mané y su super Alavés de la Copa de la UEFA. Y aún sigue.
Verón. Otro incombustible. O más. A dos meses y un día de cumplir los 42, Juan Sebastián Verón, la Brujita, volverá a jugar con su Estudiantes, del que también es presidente. Será su cuarto período como futbolista pincharrata. El 8 de enero, en la Copa Florida, ante el Bayer Leverkusen, será todo un acontecimiento. Y de ahí, un semestre entero, con la Copa Libertadores entre ceja y ceja. Ése es el plan inicial. Jugará gratis. El sueldo al que le obliga la reglamentación lo donará al fútbol base del club. Un experimento altruista y fascinante al que seguir con atención. Basta con que conserve una cuarta parte del talento que tenía para ponerse a aplaudir.