Molina lleva el fútbol en la sangre. Fue uno de los mejores porteros españoles en su etapa de jugador y en el Atleti consiguió el histórico doblete, un equipo que los aficionados rojiblancos se conocen casi de memoria y que empezaba en él. Molina quiere probar fortuna como técnico. Comenzó en las categorías inferiores del Villarreal (incluso llegó a dirigir durante tres meses al primer equipo), entrenó al filial del Getafe y luego ha tenido que marcharse fuera de España, primero a Hong Kong (Kitchee) y posteriormente al Atlético Kolkata, donde ha ganado la Superliga india. Todos estos aprendizajes le vendrán muy bien para un futuro inmediato. Su equipo, con el capitán Borja Fernández a la cabeza, se ha llevado el título, por penaltis y recuperó el trono de campeón de la India.
El Atlético lleva ya tiempo recuperando a sus exjugadores para entrenar a sus diferentes equipos. Antes los dirigentes no tenían una sensibilidad especial hacia quien defendió sus colores. Eso ha cambiado y ya no es raro ver a exfutbolistas ocupando cargos en la entidad del Calderón. Y Molina es un hombre que tiene que estar ligado al Atlético. Sabe lo que es el club, sabe la manera de pensar de los aficionados rojiblancos y tiene ganas de comerse el mundo. Molina tendrá las puertas abiertas del Atleti. Es cuestión de tiempo de que triunfe en este club.