Oro de Premio, negro de Gala, así fue la alfombra roja de estos Premios AS

Esta década. Diez años pueden pasarse muy pronto. Diez años, tantas cosas que se van en un chasquido de los dedos. Eso, los recuerdos, llenaban las conversaciones antes de que todo empezara de nuevo, antes de que la décima Gala de AS empezara a caminar. Diez años ya de la Gala. ¿Te acuerdas de la primera? El Madrid Arena. Alonso. Raúl. Marc Gasol. Y, después, España campeona de Europa de fútbol dos veces, del mundo. El Atleti del Cholo. Lisboa. Milán. Nuestros olìmpicos. Teresa Perales. Todos ellos lo ganaron primero y lo celebraron después aquí, con AS.

Palace. La casa de AS, cada diciembre. Cada año es igual. El patrón se repite. A las seis de la tarde, en sus pasillos se respira nervio puro. Es el último ensayo. Se ultiman las cosas. Esto aquí, aquello allá. ¿Está todo? Juan Mora, el alma de esto, no sonríe hasta que todo está perfecto, hasta que todo está listo. Ayer también.

Antes. Los redactores de AS se atusan las corbatas mientras los clientes del Palace entran al hotel sin saber nada de lo que allí se viviría en unos momentos. Porque aquí, ayer, se reunía el deporte, lo mejor del deporte en este año. Este 2016 de oro. El de los olímpicos. Aquel del Balón que Luis Suárez guarda en su casa desde 1960. El de Sampaoli en la Copa América con Chile. Aquel de Londres que ya es de Lydia Valentín. De oro, como el detalle en los zapatos de la campeona de halterofilia. Ella es una de las primeras en llegar. Los periodistas graban. Ellos, ellas, los Premios AS 2016, empiezan a desfilar.

Durante. Ya es de noche. La tarde fría y punzante se fue deshaciendo sobre Madrid mientras los coches Ford iban depositando premiados. Pronto, curiosos, comenzaron a arremolinarse. “¡Es Mireia!”. “Oh, Carolina!”, susurraban mientras ellos, ellas, van entrando, van llenando cada rincón del Palace de deporte.

Alfombra roja. De nuevo el color es el negro. El brillo lo ponían las medallas. Y las lentejuelas del vestido de Esther Collado y la camiseta de Teresa Perales. Va de largo, como Carolina Marín. De rosa, lila, azul y espalda al aire. Sobre la alfombra también hay monos (verdes, como el de Lydia Valentín o negros como Gisela Pulido), vestidos cortos (Laura Martínez) o con toque oriental, como el de Noemí de Miguel, presentadora, firmada por Roberto Verino o con un calado de oro, como el que vestía Mireia Belmonte. A ellos, el traje les daba un aire Gary Grant. Hablo de Dani Garrido, de Hortelano, Craviotto y Toro, Marc López y Marcus Cooper. Aire elegante. Aire de fiesta. De Gala de AS.