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Del 'Wanda-Metropolitano' y del escudo

La gente del Atlético de Madrid ha recibido más mal que bien el nombre del nuevo estadio, ‘Wanda Metropolitano’. Y a eso se ha añadido la sorpresa inesperada del retoque del escudo, que tampoco ha levantado euforia que digamos. Los responsables del club han entendido que el cambio de estadio sugiere una nueva época y de ahí que hayan decidido una especie de puesta al día del escudo, dándole un diseño que resulta más actual. Desparece el verde de la copa del árbol, que se funde con la banda de arriba. Y el oso cambia de forma y de color. Ahora sólo hay rojo, azul y blanco. El cambio no desnaturaliza. Ahí se sigue viendo el escudo del Atleti.

Pero yo no puedo reclamarme de atlético, aunque sienta a este club como un familiar próximo, no estoy en la piel de tantos atléticos de pro que he visto malhumorados con la doble noticia. Lo de Wanda, aun esperado (Tebas se fue de la lengua) no gusta. Es un nombre comercial. Gil y Cerezo le añaden el apellido de Metroplitano, que por lo que se ve no es suficiente. Aquello data de hace cincuenta años. A mí me suena bien, porque alcancé a ver fútbol allí, y lo acepto como reclamo de casticismo histórico que contraponer a lo de Wanda, pero muchos hubieran preferido Luis Aragonés, o quizá Calderón, que significan más para el socio de hoy.

Habrá que acostumbrarse. Habrá que entender un tiempo nuevo en el que los estadios van tomando nombres comerciales. Lo han hecho clubes ingleses de tan rancio abolengo como el Arsenal. El fútbol ya no lo paga el abonado de bufanda y bocadillo con el hijo adolescente al lado. Ese paga un veinte por ciento, aproximadamente. El resto lo sacan los gestores del club de la televisión y del márketing. De ahí los horarios, de ahí esas concesiones como la de Wanda, que en vano han intentado Gil y Cerezo disolver en la palabra Metropolitano, para mí entrañable, pero que una mayoría ha visto como un ‘mcguffin’ para despistar a ingenuos.