Puntazo y un heroico Kameni
Las bajas y el potencial del Barcelona obligaron a Juande Ramos al empleo de un ultradefensivo 5-4-1. “Jugarles cara a cara era un suicidio” explicaría después. Miguel Torres, que cumplió su partido 200 en Primera (y el 50 con el Málaga) fue el enérgico jefe de tan poblada retaguardia, los medios debían igualmente cerrar espacios y Sandro alternaba su trabajo de Llanero Solitario en punta con ayudas valiosas haciendo el trabajo sucio.
La expulsión de Diego Llorente, que incendió las redes sociales malagueñas, obligó al técnico a dar la alternativa a Luis Muñoz, un central de la cantera. El Barça apretaba y el Málaga cerraba grietas. Su oda a la épica se encarnó en Kameni, que jugó cojeando los últimos minutos y con un aparatoso vendaje sobre su cuádriceps, que no le impidió hacer dos paradones. El Málaga trataba de ayudar la carrera del cronómetro y Juankar vio la segunda roja por pedir la hora al árbitro en ‘castellano antiguo’. Puntazo del Málaga.