No tenemos tiempo ni para sentir pena

¡Se acabó! Ha sido un año muy intenso, con novedades, a veces difícil, con cosas buenas y malas. Valencia ha sido una carrera muy especial, la de mi despedida de Yamaha y de Tech3. Me dan pena estas despedidas, nos tiramos todo el fin de semana con el adiós y el gracias. Aunque aquí no tenemos tiempo ni para sentir pena… ¡Ayer estuve ya sobre mi nueva moto! Aunque no os puedo decir nada sobre ella hasta el año que viene. Cosas de los contratos… (Un secreto: el lunes por la tarde me pasé ya un buen rato conociendo a mi nuevo equipo y probando, en parado, a mi nueva niña…).

Ambientazo. En Valencia hemos tenido un ambiente de motos de los buenos, el clima acompañó, los neumáticos funcionaron y pudimos rodar rápido. Eso sí, cuando hay mucha gente en el circuito también la hay en el paddock, y todo se complica. ¡No sabéis lo que es intentar salir del box para ir al motorhome o intentar llegar al hospitality del equipo! Se agradece tanto calor y tanto apoyo.

Disfrutando sobre la M1. Desde el viernes ya me olí que iba a ser difícil parar a Lorenzo. Cuando va bien es increíble verle pilotar. Además la Yamaha fue bastante bien en este circuito. Hacía mucho tiempo que no me sentía tan a gusto sobre la MotoGP, y que no disfrutaba como en este fin de semana. El domingo me costó un poco encontrar el ritmo en el principio de la carrera y eso hice que perdiese mucha distancia con los de delante. Me tiré todas las vueltas con mi hermanito pegado al culo… ¡Qué estrés! No pasa mucho, así que me alegré estar con Aleix en pista. Al final pudimos llegar hasta Dovi, que parecía tener problemas, y le pasé para terminar sexto para quedarme con buen sabor de boca en este final de época.

Los campeones. Del resto de GP me quedo con las victorias de los dos campeones de Moto2 y Moto3, que demostraron por qué se merecen sus títulos. Terminamos un año y ya nos ponemos a pensar en el siguiente… ¡Y con muchas ganas!