Andy Murray ya es oficialmente el mejor jugador del mundo, pues como tal cabe calificar al jugador que encabeza la clasificación de la ATP (Asociación de Tenistas Profesionales). Murray era hasta hace muy poco el cuarto en discordia de los cuatro jugadores que llevan diez años disputándose ser los mejores del mundo. Cuarto, además, a una distancia considerable de los otros tres, pues acaparaban, y aún lo hacen, la mayoría de los triunfos en los grandes torneos. Tal es así que Murray, en su mejor temporada y tras contabilizarle el torneo de París, presenta en su palmarés sólo 19 torneos de la máxima categoría (3 Grand Slam, 14 Masters 1.000, 2 Juegos Olímpicos, 0 World Tour Finals) por 47 de Federer (17-24-0-6) y Djokovic (12-30-0-5), y 43 de Nadal (14-28-1-0).

No va a tener nada fácil cogerles. Murray ya no es ningún niño. Tiene 29 años, los mismos que Djokovic, y uno menos que Nadal. Federer (35) sí se está haciendo mayor y éste es el primer año en el que no se le ha visto en una gran final. Su decadencia coincide con las lesiones de Nadal, y ambas circunstancias han despejado el camino para Murray, quien ha podido conquistar ocho torneos y alzarse al número 1, pese a que Djokovic le ganó en tres de las cuatro finales donde coincidieron. El serbio ha tenido un gran año, pero no mejor que el anterior, lo cual le ha impedido defender todos sus puntos acumulados. Murray, en cambio, al doblar este año su número de victorias ha multiplicado su puntuación y se ha convertido en algo difícil de creer: número 1 del mundo. ¿Hasta cuándo?