Un Madrid crecido en el Palau
Llega el segundo Clásico de la temporada. El primero, a finales de septiembre en la Supercopa, lo ganó el Barcelona. Lo ganó bien: 99-93, aunque con una gran igualdad hasta el final. Rice estuvo inspiradísimo, 30 puntos, y Llull aceptó el desafío de pistoleros. Se quedó en 27 puntos. A Rice le acompañó el otro gran fichaje azulgrana de la temporada, Claver (16 puntos); las novedades del Madrid, en cambio, no estuvieron a la altura. Tanto Randolph como Hunter se quedaron en 7 puntos. Pero en este mes y medio la situación ha cambiado mucho. Claver se ha lesionado, mientras Randolph y Hunter han crecido. Para desgracia del Barcelona, Ribas es baja para toda la temporada, y Navarro y Doellman tampoco estarán. Vistas así las cosas, y en comparación, el Madrid se presenta pletórico en el Palau.
Mas pletórico también se presentaba el Barcelona en la final de la Supercopa tras vencer al Madrid, y luego pierde 79-59 con el Gran Canaria, que de equipo revelación no tiene nada. En ese partido se le fue la inspiración a Rice (6 puntos), y el Barcelona quedó desdibujado. Es lo bueno y lo malo que le sucede al Barcelona esta temporada. Depende mucho de cómo estén sus jugadores más talentosos ese día. Pueden resultar imparables o todo lo contrario. El Madrid parece a salvo de esas circunstancias al haber construido un equipo más homogéneo. Con un fondo de armario mayor, y respetado por las lesiones, tiene ante sí un partido trampa. Si vence será normal, dadas las circunstancias que rodean al partido; si pierde no habrá dado la talla. Y el viernes, por cierto, le aguarda el CSKA en la Euroliga.