NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

El pase de Sergi Roberto

A los partidos sosainas, como calificó don Luis Suárez a este de anoche, los puede salvar una jugada, aunque ésta no sea la del gol. El gol de Rafinha, por cierto, fue un buen gol, salvador para un Barça sin operativos estéticos ni efectivos abundantes. Pero la jugada que salvó este partido fue el pase que Sergi Roberto le mandó, al estilo Messi, a Neymar. El delantero no hizo nada bueno con ese pase, que por tanto no sirve ni para las estadísticas ni para la historia. Pero fue tan bueno, tan sereno y tan exacto, que se me quedó en la retina como lo único que valió la pena en un universo, el del Barça, que parecía más bien un pueblo chico.

Ni Messi fue capaz de superar la estadística más baja de su historia de desaciertos, que no es tan abundante. Se entorpeció a sí mismo, dejó abierta la hoja de reclamaciones de los que no quieren que tenga el Balón de Oro. Y la alineación, que es la madre de estas batallas, hizo lo suyo para despistar al equipo con respecto a su propia identidad: Rakitic en la izquierda de la defensa es como ponerle a Cristo dos pistolas.

El triunfo aparece tan trabajado en el marcador que hubiera merecido un buen partido. Pero sólo lo fue cuando Sergi Roberto se acordó del fútbol. Hubo una última oportunidad para que el otro Luis Suárez acariciara su bota de oro. Su combate fue nulo.