El señor presidente es Rafinha

En el partido de ayer la afición quería ver a Gerard Piqué como el señor presidente del campo del Barça, por las circunstancias que concurrían en su comparecencia. Pero fue mucho más imperiosa la presencia de Rafinha, que le dio alegría y consistencia a un equipo que al principio puso nerviosos a los culés urgidos del Carrusel Deportivo. Como si el extraordinario hijo adoptivo de Luis Enrique hubiera escuchado a Jordi Martí y a Marcos López, Rafinha se lanzó a rescatar al Barça de la galbana.

Sus goles no fueron tan importantes como la sonrisa, que le devolvió al equipo; como tituló AS de inmediato, hasta Messi se sumó a la fiesta, no sólo para tocar césped sino para que el Barça tocara madera, después de la mala fortuna que sufrió desde que el argentino se fue con permiso obligatorio. El equipo recuperó buenas sensaciones, y se acabó el ceño fruncido de Luis Enrique.