Veinte años perdidos en la ACB
La Asociación de Baloncestistas Profesionales (ABP), que no es otra que el sindicato de jugadores, denuncia la falta de identificación del aficionado con la liga de baloncesto por varias razones: la cada vez menor presencia de jugadores españoles, el trasiego de jugadores extranjeros, el tratarse de una competición cerrada ante la falta de descensos y ascensos, las manipulaciones que se realizan en los pasaportes para que los nuevos fichajes no ocupen plaza de extranjero y los continuos cambios que se realizan en las plantillas. Ninguna es nueva, y todo se traduce en un descenso de las audiencias televisivas, hasta el extremo de que ni una sola cadena en abierto ha pujado por los derechos de transmisión de la liga que organiza la ACB, es decir, los propios clubes.
Todo esto lo venimos apuntando en AS desde hace veinte años. Estupendo que la ABP haya llegado a estas mismas conclusiones veinte años más tarde, y ahora sólo cabe esperar qué medidas adoptará para evitar el cada vez más cercano hundimiento del baloncesto español. Convertida nuestra liga en la de menos jugadores autóctonos de toda Europa (sólo el 30% ha nacido en España), en la de más cambios (un centenar cada temporada) y donde más pasaportes sospechosos hay (¿se atrevería a entrar un jugador en Estados Unidos con un documento falso?), la ACB se mueve en sus registros más bajos, sustentada por los dos clubes cuyos presupuestos proceden del fútbol. Urge un plan de saneamiento como el de LaLiga para detener esta sangría que acaba con nuestros jugadores.