Cristiano debe jugar con libertad
Enterrar a Cristiano es una absurda pérdida de tiempo. Por más declives que quieran profetizar sobre el futuro Balón de Oro, la realidad nos describe a un futbolista insaciable que traduce sus únicos bajones (como el que tuvo en las últimas semanas) por una simple cuestión colateral relacionada con sus lesiones. Estando bien físicamente, seguirá siendo un tormento para todas las defensas enemigas. Ya sé que Andorra es una selección débil y que no te marca un nivel de exigencia como los grandes de Europa, pero que nadie olvide que hoy día todos los equipos saben cómo fagocitar a las estrellas y, sin ir más lejos, vemos cómo Albania es el líder del grupo de clasificación de España e Italia.
Los cuatro goles de Cristiano a Andorra son producto de su libertad en el campo, bien diseñada por Fernando Santos. Le leía el otro día al compañero Guillem Balagué que a Bale a partir de ahora hay que dejarle jugar con absoluta libertad. Pues yo digo que al que no hay que ponerle ni un sólo peaje ni semáforos en rojo es a Cristiano. Con 31 años y un físico más cuidado que Las Meninas de El Prado, queda Cristiano para rato. Eterno CR7.