Estrada Fernández supo salir airoso
La verdad es que, de entrada, el colegiado Estrada Fernández no quería que le pasase lo que le ocurrió en el derbi de Sevilla, y por eso sacó muchas tarjetas. Algunas no lo parecieron, pero hizo lo que creyó justo, ya que sus errores los repartió por igual. Claro, que no se puede señalar una falta después de haber aplicado la ventaja, como hizo él, y de que el balón fuera tocado por más de dos jugadores.
No acertó en el minuto 12 al no señalar la mano de David García después de un centro de Morata. Aunque le pareciese involuntaria, fue intencionada. Lo único es que no fue dentro del área, sino fuera por muy poco. Si la hubiera pitado, el central debía haber visto tarjeta: cortaba una acción de posible peligro. Esa misma jugada terminó con Cristiano reclamando una caída en el área. No hubo nada. Hasta dos jugadores de la Unión Deportiva llegaron antes que él a la pelota y cogieron bien la posición.
En el minuto 29, Morata, que está empezando a tener esa manía, se tiró en el área sin que le hiciera falta Aythami. En el 32’, Nacho penetró en el área, chutó y el rechace de Varas lo recogió Asensio, que no estaba en fuera de juego, para marcar. El gol fue perfectamente legal. En el 55’, Bale se metió en el área. Tras unos rechaces el balón fue a Cristiano, que estaba en claro fuera de juego, que terminó marcando. El tanto fue bien anulado por posición antirreglamentaria. Estuvo bien el asistente. Como en el gol de Benzema. Hubo un pase anterior a Cristiano en el que no hay fuera de juego. El portugués chutó, paró Varas y el balón fue al francés, que remató en el punto de penalti.
Sergio Ramos protagonizó un caso curioso. En todas las jugadas en las que un contrario podía centrar ponía las manos a la espalda. Parece que ha aprendido...