La falta en el área si no hay intención de jugar el balón conlleva la expulsión

Las nuevas reglas. Me pasa a menudo. De nuevo este fin de semana, escuchando las declaraciones del excelente jugador del Eibar Pedro León. El pobre decía que les habían explicado mal las nuevas reglas de juego y sus posibles interpretaciones. Este tipo de declaraciones son bastante recurrentes y yo siempre me acuerdo de los malos estudiantes que no suspenden por mérito propio, o eso cuentan en casa con la manida excusa del profesor que les tiene manía. Qué penita.

Explicaciones. Hay que decir que los profes han sido los propios árbitros del CTA, que antes de empezar la temporada han dado charlas informativas a todos los clubes. Así las cosas, o unos se han explicado mal o León y compañía no han tenido todas las entendederas receptivas. Habrá que ponerse enrevesado y maquiavélico para entender que justo le tiene que pasar al mismo equipo una jugada parecida en dos jornadas consecutivas: falta del portero y expulsión (bien pitadas, por cierto). Voy a dejarle aquí la chuleta al mal estudiante para la próxima, que me siento generoso: aclaremos el cambio en este tipo de jugadas, las llamadas ‘oportunidades manifiestas de gol’. Así, de paso, dejamos de llorar ayudando al desconocedor para que deje de serlo y no justifique su ignorancia. Sólo hacen falta un par de pelis gringas para aprenderse que “ignorantia juris non excusat” (la ignorancia no exime del cumplimiento de la ley).

Una decisión técnica y otra disciplinaria. Malograr una oportunidad manifiesta de gol incurriendo en falta lleva consigo siempre una decisión técnica y otra disciplinaria. La decisión técnica sigue siendo igual que hasta ahora. Por su parte la sanción disciplinaria tampoco cambia fuera del área pero sí dentro de ella. Dentro del área malograr una oportunidad manifiesta de gol sin intención de jugar el balón (agarrón, empujón, mano; la trilogía del penalti más reconocible por el 90% de los hinchas de cualquier equipo del mundo) es tarjeta roja. Si por el contrario hubiese intención de disputar el balón al rival (por ejemplo, ese portero que se tira y derriba al jugador) la tarjeta será amarilla porque bastante castigo es señalar una pena máxima como para expulsar a un jugador que sí tenía la intención de salir airoso de una disputa. Un cambio de regla que favorece el espectáculo y hace uso de un castigo menor porque el propósito del futbolista es seguir jugando. Me gusta.