“Kelly tuvo bonificaciones hasta en los hoteles”
“Al menos puedo decir que me ganó un pedazo de corredor”, recuerda Anselmo Fuerte (27-01-1962, Madrid), 28 años después de perder la Vuelta a España ante Sean Kelly.
Aquella era la primera vez que Las Rozas aparecía en el trazado, como salida de una crono de 30 kilómetros con destino a Collado Villalba, en la penúltima etapa. Fuerte llegaba con el maillot amarillo, con 21” sobre Kelly y 52” sobre Reimund Dietzen. Dos días antes le había atacado dos veces en Navalmoral. Un día antes le había arrancado hasta en cuatro ocasiones en Navacerrada. Pero el irlandés respondía con solvencia.
En 1987 se le había escapado la Vuelta por un forúnculo que le obligó a retirarse cuando era líder. Esta vez no estaba por la labor. La organización, además, le había echado una mano con un recorrido “con montaña suave y con bonificaciones hasta en la puerta de los hoteles”, apunta Fuerte. “A mí me costaba un mundo meterle tiempo en la montaña, y él lo recuperaba rápido”. Sean Kelly salió de amarillo de aquella contrarreloj, con 1:36 sobre el madrileño.
Para colmo, Dietzen se quedó a dos segundos de Fuerte. No hubo paseo aquel 15 de mayo, San Isidro, en Madrid. Al contrario, el español y el alemán se jugaron la segunda plaza con las bonificaciones, que sonrieron a su rival. Dietzen sumó 11 segundos y Fuerte logró 7.