El legado de Roig en el baloncesto
El Valencia Basket ha presentado un proyecto formidable: L’Alqueria del Basket. Como La Masia del Barça, pero en baloncesto y en Valencia. Con todo lo bueno que tiene este proyecto, me quedo con un dato: los 18 millones que cuestan las instalaciones los pone íntegramente Juan Roig, presidente de Mercadona y apasionado del baloncesto. No hay, aseguran, un solo euro de dinero público. Tampoco lo habrá cuando esté a pleno rendimiento. Se gestionará con los recursos que genere; si faltara algo siempre estará al quite Roig, cuyas muchas aportaciones se ignoran. El solar sobre el que se levantará L’Alqueria del Basket sí es municipal y revertirá a la ciudad, incluidas sus instalaciones, dentro de cincuenta años.
Contrasta el altruismo de Roig en un deporte que ha dilapidado dinero público como ningún otro. De los ayuntamientos, de las comunidades, de las diputaciones, de cualquier organismo que permitiera a los clubes vivir por encima de sus posibilidades. Roig lleva mucho tiempo poniendo dinero en el baloncesto. Se asegura que incluso fue él quien salvó a la ACB cuando los ingresos de televisión cayeron en picado ante las malas audiencias. Ahora, después de treinta años de mecenazgo en el Valencia Basket, del cual es máximo accionista, se dispone a convertir la ciudad en referencia del baloncesto de promoción. Con un centro y unas instalaciones de formación como no hay en ningún otro lugar. Eso sí que es un legado.