El Cholo, tan activo como ‘desoído’

A las siete de la mañana del día después de la última cita de entrenadores top en Nyon, removiendo un café en el aeropuerto de Ginebra, Simeone me confesaba su sospecha de que aquel viaje a la sede de UEFA no había servido para mucho. Le embargaba la sensación de pérdida de tiempo. Más allá de saludar a una docena de colegas y de tomar una cena cóctel con Platini (magníficas fotos de nuestro colega Javier Gandul, sorteando el absurdo hermetismo de UEFA), el Cholo me comentaba que había planteado tres propuestas y apenas le hicieron “medio caso”. Le pareció aquello un corralito de Collina, de algún técnico con aires de capitán general y del ahora denostado Platini.

Por lo visto, en aquella sala no hubo unanimidad en lo que es mano, en lo que es fuera de juego y Simeone habló ante sus colegas de la ventaja excesiva (120 minutos) de quien juega el segundo partido en casa. Una tesis que me desarrolló en aquel café y que me hizo meditar mucho más que al cuerpo top de técnicos europeos. El Cholo no va esta vez, alegando asuntos personales, que seguro los tendrá y nadie se lo reprochará, pero apostaría que el recuerdo de aquel ninguneo no le anima a subirse al avión... Aunque hubiera quedado más elegante hacerlo.