Tenemos una nueva estrella
Esta es una fecha histórica para el deporte español, porque estoy seguro de que hemos asistido al alumbramiento de una nueva estrella para nuestro deporte, y Marcus Cooper nos dará muchas jornadas de gloria para el piragüismo. Es un guaje, y ha sabido competir como un veterano; un crío de 21 años, con mucho camino por delante, y ha mantenido una sangre fría impropia para su edad y por la competición en la que estaba peleando. No contaba para el título, pero ha dejado a todos con la boca abierta. Es la mejor carrera que he visto en mi vida del K-1 sobre 1.000 metros en unos Juegos Olímpicos.
Es que lo ha hecho todo bien desde el punto de vista táctico. Ha salido fuerte para seguir a Fernando Pimenta, que ha impuesto un ritmo de locura para la distancia y ha roto la prueba, y mientras Marcus se ha dejado caer a partir del primer cuarto, el resto de los favoritos han ido nerviosos a la caza del portugués. Y yo, que he sido rápido, y que gané muchas veces en los finales, le he visto salir, remontar, confiado en su potencia y en su buen final, con esa manera imparable de ir adelante y pasar a todos los rivales para ganar sin contestación un oro, que me emociono con revivirlo.