Súper Nadal ejerce de gran capitán
Nadal tenía que haber disputado ayer tres partidos. Tres partidos, además, en tres competiciones distintas: individual, dobles con Marc López y dobles mixtos con Garbiñe Muguruza. No lo pudo hacer, porque la jornada se suspendió por la lluvia. Lo hará hoy. Una paliza. Como Ferrer o como Murray, que también se apuntaron a las tres competiciones, y unos pocos jugadores más. Pero en el caso de Nadal tiene un valor añadido. Fue el abanderado del equipo, se ha convertido en el gran capitán y tiene que dar ejemplo.
Los grandes tenistas son reacios a competir en más de una especialidad cuando se inscriben en un torneo. Procuran ahorrar esfuerzos, aunque antes y después de cada partido se suelen pegar sus buenos trotes. Primero, calentando; tras el encuentro, corrigiendo sensaciones. Pero en Río no hay economía que valga si en juego hay una medalla. Al menos para Nadal, y eso es magnífico. Son tres las que andan en disputa, y si se trata de sumar, ahí está Nadal. Con él, las probabilidades de ganar alguna aumentan.
Alguna caerá. En el circuito de tenis, sólo el vencedor pasa a la historia. Aquí son tres. Nadal y López, por ejemplo, son eliminados en las semifinales de un Grand Slam, y de ellos nadie se acuerda. En los Juegos, incluso unos semifinalistas pueden subir al podio. ¿No va a ser Nadal tercero en al menos una de las tres modalidades en las que sigue participando? ¿Y si ganara medalla en las tres? Eso no lo consiguió ni Murray en Londres 2012, donde se recuperó el doble mixto. Que un hombre gane las tres medallas está aún por escribir.