Ramos: un capitán ejemplar

En la previa de la final, Ramos dijo que se resetea todas las temporadas para mantener intacta su ambición por ganarlo todo y su ilusión por ser cada día mejor. Y esa frase resume gran parte de su éxito profesional. Su cabeza y sus arrestos volvieron a dar el empujón definitivo al Madrid para conseguir otro título europeo. Un título menospreciado y maltratado por los jerifaltes de la UEFA, pero que luce bonito en el museo y en el presupuesto del club. Algunos, los menos, seguirán criticándolo y esperarán al primer mal partido para volver a la carga, pero la realidad es que el valor de Ramos está muy por encima de una buena o una mala racha. Sergio es el heredero perfecto de una capitanía complicada que no todos tienen personalidad para asumir.

Es cierto que a veces desconecta y que su pronto impulsivo le juega malas pasadas, pero nunca se esconde y posee el carácter suficiente para levantarse siempre de cualquier caída. Hace ahora un año algunos le querían matar (incluso desde dentro del club) por pedir una renovación ganada con compromiso y sudor, pero al final el tiempo ha puesto a cada uno en su sitio. A los que le acusaban de pesetero y oportunista se les ha tragado la tierra, mientras que Ramos está en un pedestal madridista del que va a tardar mucho tiempo en bajar. Su madridismo está muy por encima de los mediocres que esperan agazapados un error para criticarle. El problema no es fallar, es no saber sobreponerse al error; y en eso no hay nadie como el capitán.