Jugadores que flotan
El verbo “flotar” es intransitivo; es decir, su acción se agota en el sujeto. Yo floto, tú flotas, él flota; pero ninguno de los tres flotamos a otro. Como mucho, lo sacamos a flote. Sin embargo, el verbo “flotar” está arraigando en el vocabulario hispano del baloncesto como verbo transitivo (la acción pasa a otro) para señalar la actitud de dejar a un jugador sin marcaje: “Están flotando a Fulano”. Generalmente, Fulano es un jugador que no goza de mucha habilidad en el lanzamiento, y el propósito de sus rivales consiste en forzar que sea él quien arriesgue en una jugada concreta. El defensor que gracias a eso queda sobrante se dedica a reforzar el acoso a un contrario que sí es buen anotador.
Este uso transitivo de “flotar” se ha extendido al fútbol, y se dice que un equipo flota a determinado jugador cuando no se preocupa de marcarle y con eso logra que el balón pase muchas veces por sus improductivas botas. A menudo ocurre con ciertos laterales en posición de ataque.
Hace años que esta ampliación del significado de “flotar” vive entre nosotros, pero no ha sido recogida en los diccionarios de uso del español actual que he consultado, quizá por su circulación minoritaria y restringida al deporte.
Sin embargo, se trata de una metáfora interesante, porque con ella imaginamos al jugador elegido como si flotara en medio del mar y sin nadie alrededor. ¿De dónde ha salido ese uso? El idioma castellano no muestra ningún indicio histórico al respecto, pues “flotar” significó siempre la acción de mantenerse en suspensión en un líquido o en un gas (además del sentido metafórico al que acudimos cuando algo flota en el ambiente).
Pero si miramos en el inglés, encontraremos un uso de “to float” aplicado a un juego más antiguo que el baloncesto: el póquer. En esta especialidad de los naipes también se flota a un jugador. Tal acción consiste en “una jugada avanzada que se utiliza para sacar a alguien de una mano en la que estaba ganando”. No he alcanzado a entender las explicaciones que se dan a continuación en los manuales de póquer, así que no las reproduzco para no extender mi propia ignorancia.
El recorrido de “flotar” parece claro, pues: del póquer al baloncesto y de ahí al fútbol. Pero sin el refrendo académico. Eso de momento queda flotando en el aire.