Neurodopaje, una realidad virtual
El dopaje existirá siempre, porque los avances tecnológicos mediante la biotecnología, van descubriendo sustancias y métodos que estimulan tanto al cerebro como a las fibras musculares, con el claro objetivo de aumentar el rendimiento deportivo. El dopaje genético y el neurodopaje se encuentran en estos momentos en plena investigación y experimentación. Estos días se esta hablando mucho del Neurodopaje, que consiste en estimular las sinapsis neuronales, mediante descargas eléctricas controladas, con objeto de aumentar el rendimiento deportivo mediante, el aumento de la fuerza muscular, reducir la fatiga y potenciar la concentración y el aprendizaje, tanto en los entrenamientos como la competición.
La colocación de electrodos en la cabeza para transmitir impulsos eléctricos controlados, no deja huellas en el cerebro y los pequeños cambios metabólicos que pueden provocar son indetectables en el momento actual. Estas técnicas de estimulación vienen siendo utilizadas con fines terapéuticos desde hace ya unos cuantos años.
Se ha usado para tratar enfermedades como el Parkinson, Alzheimer e incluso algunos tipos de depresión. El reto actual es ver la intensidad de la estimulación eléctrica, la localización exacta del centro a estimular y el tiempo de exposición. No sabemos cuáles son los efectos secundarios, en el momento actual. Así pues, el dopaje genético y el neurodopaje no son ciencia ficción, sino una realidad virtual.
Esto está obligando a los grandes laboratorios de la Agencia Mundial Antidopaje a investigar las grandes variantes genéticas que estos tipos de dopaje producen. Y yo me pregunto: ¿Es lícito y moral gastar tantos millones de euros en estas investigaciones, cuando no tenemos conocimiento de si habrá futuros efectos secundarios y cuando sabemos perfectamente que el deporte de élite o profesional, no es precisamente bueno para la salud?