Héroes inesperados, los que vuelven a casa y los kilitos de sobra

Cambiar la moneda. Vardy, Éder o Kanté han ganado protagonismo al mismo nivel que han crecido sus ingresos. La historia de Jamie Vardy ya es conocida, la de un futbolista que ha tardado en explotar, que hace unos años compaginaba su trabajo en una fábrica de férulas con su pasión por el fútbol en el Stockbridge Park Steels donde cobraba 30 libras semanales, a ser el artífice del título de liga del Leicester. Otro del que nadie podía imaginar un salto cualitativo tan rápido es N’Golo Kanté, fichaje del Chelsea, que ha pagado 38 millones al Leicester, cuando hace apenas tres años llegó gratis al Caen francés. Y el héroe del verano ha sido Éder. El modesto futbolista portugués, que juega en el Lille y que hasta los 18 años vivió a cargo del Estado en el Hogar el Girasol, poco podía imaginar que iba a marcar el gol más importante en la historia del fútbol portugués. No ha tenido una vida fácil, su padre cumple prisión en Inglaterra por asesinar a su madrastra y ha necesitado de la ayuda de una mental coach para salir de una depresión. Pero el fútbol te cambia la moneda cuando menos te lo esperas.
Segundas partes. Hay jugadores que emprenden el camino de regreso cuando el final está cerca. Volver a casa siempre es gratificante. Lo hizo el año pasado Fernando Torres, que apostó por intentar levantar un título con el Atleti. Este verano regresan Rafa López, que tras su periplo por el fútbol alemán en el SC Paderborn 07 vuelve a defender la blanquivioleta del Valladolid; Zapater, a sus 31 años regresa al Zaragoza y gracias a casi más de mil mensajes persuasivos le acompaña en el viaje de vuelta Cani, otro histórico maño. Tamién se suma a esta lista el argentino Cata, que regresa cinco años después a Getafe.
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Siluetas sospechosas. Los futbolistas también bajan la guardia en vacaciones y algunos regresan con los temidos kilitos de más. Se ha escrito ya sobre las siluetas sospechosas de Agüero y Nasri en el City, y el consiguiente mosqueo de Pep. Pues Ben Arfa, en el PSG, ha tenido que aguantar las bromas de su compañero David Luiz, que ha dicho que “es el último en llegar a entrenar y el primero en llegar a comer”. Todo porque en el verano de 2014 Arfa llegó con 2,5 kilos de más al Newcastle, que terminó abandonando para irse al Hull City, donde apenas tuvo minutos. Se ha cuidado y ahora está en el PSG de Emery.
Despedidas. Ver a siete tíos hechos y derechos llorando por la despedida de un compañero, dice mucho del que se va. Eso ha pasado con Coke. Donde va deja huella.



