Cristiano Ronaldo, en la hora de pensar

Me cuentan que Cristiano Ronaldo pretende acelerar plazos para jugar la Supercopa Europea ante el Sevilla y, con todo el respeto, me parece disparatado. De nuevo con todo el respeto, la Supercopa es un título menor para quien ya ha ganado en el curso Champions y Eurocopa, y está, según todos los pronósticos, encaminado a recuperar una vez más el Balón de Oro de las manos de Messi. Exponer su rodilla maltrecha por aquella fea entrada de Payet en la ambición de ese título no tiene el menor sentido. Me parece mal hasta como pretensión. Cristiano está en la hora de pensar de otra forma.

Ha ganado mucho, muchísimo. Se ha empecinado en mantener un pulso con Messi y lo ha conseguido. Un amigo culé, tipo de gran juicio y que habla con imágenes muy lúcidas, me dijo el otro día que Cristiano ha demostrado no ser un Poulidor. A pesar de la enorme calidad de Messi, le ha sostenido el pulso. No ha admitido el papel de segundón, ha llevado la rivalidad a un equilibrio que parecía imposible. Pero ahora, con 31 años cumplidos, con dos de las tres últimas Champions ganadas, un cuarto Balón de Oro cerca, un gran título para su país y tantos récords conseguidos, es hora de relajarse.

Debe aplicarse a alargar su carrera, a espaciar sus esfuerzos, a pensar en el equipo más que en sus ‘hat tricks’. Debe pactar descansos, repartir protagonismo con Bale, que se está viniendo arriba, reservar lo mejor de sí para los trances de verdad difíciles del club (y de su Selección), debe dejar de extender a lo loco cheques contra su organismo. Su condición física es colosal, pero no puede soportar un abuso indefinido como el que estamos viendo. Ya no tiene por qué vivir angustiado por marcar cada semana más goles que Messi, Neymar y Luis Suárez juntos. Está en la hora de encarar todo con más calma.