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Las uniones que consigue el fútbol y los hashtag desacertados

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Juntos para siempre. El fútbol consigue relaciones que duran más que algunas de las que bendice Dios o firma un juez. Como la de Quique Sánchez Flores y Jurado, al que ha llamado para su nuevo Espanyol y al que previamente ya se había llevado al Watford. Pero no sólo ha recuperado al mediocentro, también al delantero Reyes y al portero Roberto, dos más con los que coincidió en su etapa en el banquillo del Atlético. Otro que ha pensado que más vale lo bueno conocido... es Paco Jémez, que acaba de fichar para el Granada a Tito, siete años con la franjirroja del Rayo. O Mendilibar, que recupera a Pedro León, al que dirigió en Valladolid en 2008, para el Eibar.

Un problema sin resolver. El Deportivo sufrió la pasada campaña el carácter conflictivo de Luisinho. Ya estaban avisados por incidentes anteriores, pero el club prefirió mirar hacia otro lado. Víctor Sánchez del Amo, hoy al frente de Olympiacos, pagó caras las consecuencias, a pesar de que algunos de sus compañeros de vestuario criticaron en público los métodos del portugués. Estamos en julio de 2016 y Luisinho sigue formando parte de la familia blanquiazul, aunque el presidente asegurara al finalizar la temporada que el lateral no seguiría. Esperemos que Garitano no tenga que apagar el mismo fuego, porque entonces habría que mandar a los bomberos a la Plaza de Pontevedra.

Apodos con mucha gracia. Estamos locos por saber cómo llamarán en Sevilla al japonés Kiyotake, aunque si apostamos por Kiyo seguro que acertamos. Los aficionados andaluces son los números uno a la hora de rebautizar a sus futbolistas. Desde el mítico Rafaé para el portero ruso Dassaev, hasta el actual Chocoplancha para llamar a Konoplyanka. Recordemos que al escocés McMinn, que jugó en el Sevilla en los 80, le llamaban Manolín, y al entrenador que llegó con él, Jock Wallace, le cantaban al final Vallazé. En Cádiz llamaban Mortadelo a Mirosavljevic, pero en este caso se juntó la difícil pronunciación de su apellido con un gran parecido físico con el protagonista de los cómics de Ibáñez.

Las carga el diablo. Hay pruebas diarias de que a las redes sociales las carga el diablo. Pero, a veces, los comentarios desafortunados se exculpan por aquello del calentón, la inmediatez o la prisas. No ha sido así en el caso del Barcelona, que ha ideado un hashtag con premeditación para que todos se solidaricen con un jugador al que se ha condenado por defraudar a Hacienda.