Y Serena hizo historia
Por Marta R. Peleteiro / @MPeleteiro_AS

Cada vez que veo a Serena Williams saltar a la pista me pasa por la cabeza la misma idea: es imposible tener una mayor concentración. Nada la altera, ni el cámara que busca su mejor imagen ni los niños a los que a veces se le pasa darles la mano. Ella va a lo suyo. A por el partido. La menor, que no joven sino la más pequeña, de estas hermanas, sabe lo que quiere, y en este Wimbledon lo ha demostrado nada menos que con 34 años, los mismos que tiene un Roger Federer al que hace ya varios que no paran de preguntarle cuándo se va a retirar y cuyo público no deja escapar una entrada para sus partidos por si es la última vez que lo va a ver en directo.
Con Serena todavía no pasa esto. ¿Alguien ve a una jugadora más fuerte en la actualidad que ella? Se habían oído campanas, sí, pero una vez más ha vuelto a callar las bocas de todo el mundo ante Angelique Kerber, la rival que fue su verdugo en Australia y de la que ella misma dice haber aprendido mucho.
Wimbledon era el último major que había ganado. Hacía justo un año. Si hubiese triunfado en Estados Unidos después, en 2015, hubiera cerrado el Grand Slam en la misma temporada. Pero no lo consiguió. Y después cayó en Australia. Y después llegó la joven Garbiñe Muguruza para aguarle la final de Roland Garros. Muchos pensábamos que quizás la presión de no tener el Grand Slam le había pasado factura, que quizás ya se estaba haciendo mayor y llegando al final de su tenis, pero ella siempre echa el resto y aunque parezca pesada y desganada en la pista está atenta y concentrada, no se desvía de lo que busca. Lo que hace pensar que simplemente no le faltó motivación, sino que pudo con sus rivales en su día. Pero encontró su séptimo Wimbledon, como Steffi Graf, como Federer, como Pete Sampras. De hecho, en mujeres esta hazaña en la Era Abierta solamente la supera Martina Navratilova, con nueve.
Pero Serena ha llegado todavía más lejos y ha igualado a Graf también en títulos de Grand Slam en la Era Abierta, sumando 22, y dominando durante dos décadas.
22: Steffi Graf y Serena Williams
18: Chris Evert y Martina Navratilova
11: Margaret Court
9: Mónica Seles
8: Billie Jean King
7: Evonne Goolagong, Justine Henin, Venus Williams
5: Martina Hingis y Maria Sharapova

Es más, una idea de su hegemonía en la WTA nos la da el ver los números de los principales ganadores de Grand Slam en la Era Abierta de la ATP, donde dominadores como Federer, Novak Djokovic o Rafael Nadal están muy lejos de lo que ha conseguido esta norteamericana todavía en activo y actual número uno del circuito. El que más tiene es el suizo, con 17 títulos, mientras que Nadal se sitúa detrás, igualado con Pete Sampras en 14, mientras el balcánico va por 12.
17: Roger Federer
14: Pete Sampras y Rafael Nadal
12: Novak Djokovic
11: Björn Borg
8: Jimmy Connors, Ivan Lendl y Andre Agassi
7: John McEnroe y Mats Wilander
6: Boris Becker y Stefan Edberg
5: Rod Laver y John Newcombe
Lo mejor de todo es que esto no parece acabarse aquí. De hecho, sin apenas descanso, Serena se unió a su hermana Venus para disputar también la final de dobles femenina frente a Timea Babos y Yaroslava Shvedova, a quienes se impusieron también. El decimocuarto Grand Slam en dobles femenino para Serena (en mixtos suma dos más).
Lo de Venus también es reseñable, ya que con 36 años ha llegado a las semifinales de este torneo. De hecho, Kerber fue quien se interpuso para que no hubiese una final entre hermanas sobre el pasto londinense. De sentirse igual de bien que su hermana mayor, es más que posible que la cuenta de Serena siga creciendo para alargar todavía más su leyenda y poner el listón en el cielo para todas las tenistas que vengan detrás.