Griezmann reta a Cristiano Ronaldo

Griezmann se elevó ayer a la condición de héroe nacional de Francia con su partidazo ante Alemania, coronado con dos goles. Uno, al transformar un penalti inmediatamente antes del descanso, con tremenda serenidad. El otro, al aprovechar con viveza de ardilla un balón suelto, tras buena jugada de Pogba, para colarlo entre las piernas de Neuer. Se mete en la final con seis goles en la mochila, el doble que Cristiano, lo que casi le garantiza ser el máximo goleador de la competición. Pero goles aparte, jugó muy bien, como referente limpio para su equipo y preocupación continua para Alemania. Soberbio.

Fue, con mucho, lo mejor de Francia, del mismo modo que Müller fue lo peor de Alemania. Se va sin ningún gol y no es extraño. Ha llegado en baja forma y en cada partido se le vio nervioso y protestón. Alemania manejó el partido mejor que Francia en todo el campo menos las áreas. Su juego, bien armado, elegante, con buena conducción de Kroos y Özil, no produjo remate en cuantía salvo al final, cuando ya estaba todo decidido. Y además se le escaparon varios remates por muy poco, uno pegó en la escuadra y, ya sobre la hora, Lloris hizo una parada descomunal a cabezazo de Kimmich.

El fútbol es un juego de instantes. Todo el esfuerzo se plasma o deja de plasmar en unos pocos momentos decisivos. El más importante de ayer fue el penalti absurdo de Schweinsteiger, al meter la mano entre la cabeza de Evra y el balón. Esa melonada hizo que Francia, que lo había pasado mal, se fuera al descanso feliz y en ventaja. El segundo en importancia, claro, fue el remate hábil, con la suela, de Griezmann, cazando un balón suelto. Alemania concedió en su área, cosa que Francia no hizo en la suya. (Dicho sea de paso, Umtiti me gustó). Así que Francia va a la final, donde Griezmann reta a Cristiano.