Portugal-Gales, Cristiano Ronaldo-Bale

“Esto no es Bale contra Cristiano, esto es Gales contra Portugal”, dijo Bale el otro día, y con mucha razón. Y lo mismo dicen y piensan tantas y tantas personas en ambos países y en otras partes. Pero, ¿cómo evitar, desde nuestra óptica, esa reducción? Dos jugadores formidables, de perfil un tanto próximo, con ese físico de decatletas aterrizados en el fútbol, esa zancada inalcanzable, ese disparo desde fuera, uno diestro, otro zurdo, ese peligro en el cabeceo... Y los dos en el Madrid, sometidos desde este año a una cierta comparación. Escucho muchos comentarios tras cada partido, sobre si este o el otro.

Bale fue una gran apuesta de Florentino como sucesor de Cristiano en el papel de mascarón de proa del Madrid. Su precio y sus primeras dos temporadas crearon algunas dudas. Colocado en una posición nueva para él, no terminó de entrar en el engranaje del juego. Le salvaron sus goles, formidables y oportunamente salpicados, y el fenomenal efecto de sus galopadas. Pero esta última temporada ha tomado mayor papel, sobre todo a partir del equipo más equilibrado de Zidane. Y ha aparecido como un grandioso cabeceador. Ahora, además de eso, ha remolcado a Gales hasta donde nunca estuvo.

De modo que sí se le puede presentar ya como posible heredero de Cristiano, aunque nadie espere que pueda llegar a los más de 50 goles por año de éste. La cuestión para algunos es cuándo se producirá el ‘sorpasso’. Cuándo le va a tocar a Cristiano pasar al papel de Rey Emérito. Tiene 31 años y empieza a dar síntomas de suave pendiente hacia abajo. Bale está a punto de cumplir los 27, está entrando en su plenitud. El partido de hoy les enfrenta. Es inevitable que quienes no somos portugueses ni galeses y a cambio vivimos atentos al Madrid, veamos este partido desde esa óptica reduccionista.