La exhibición de la Italia de Conte, otro vídeo por si me hago entrenador
A día de hoy no se me despertó algo que yo creía que era vocacional y otros una vez que lo prueban se sorprenden de cómo les brota algo que no creían tener. No, aún no me ha dado por ser entrenador. A pesar de ello guardo muchos partidos en el cajón por si un día de estos me salta la alarma y abro los ojos. Son partidos de los que aprendes de los ‘míster’ soluciones para atacar o contrarrestar al rival. Tengo muchos, pero entre mis prioridades cuento con el del Bayern de Heynckes eliminando al Barça con un 4-4-2. Schweinsteiger y Javi Martínez en el centro con Ribéry y Robben por las bandas y Müller y Mandzukic arriba, cerrando cualquier posibilidad de pase interior, con solidaridad y verticalidad en las bandas. También hay una media hora del Bayern de Guardiola en Roma con tres atrás y Robben de carrilero, sumando a Lahm por dentro haciendo múltiples superioridades. Y en mis vídeos cuento con algunos pasajes de Paco Jémez, sobre todo en salida de balón. No me puedo dejar al Cholo y sus partidos de alternativas con presión arriba y repliegue intensivo jugando al desgaste e impaciencia del rival. O esos cambios de Unai Emery, improvisando en plena batalla, dándole al equipo la dosis de vitamina en el fragor de la lucha. También cuento en mi disco duro el España-Italia en el que la Selección jugó sin nueve y con el péndulo Cesc Fàbregas hipnotizando a los centrales mientras la gente de segunda línea abordaba a Buffon.
Desde el lunes 27 de junio de 2016 tengo ya otro partido guardado: la ejecución perfecta de una flexible línea de cinco de Conte. Salida de balón o con uno de los centrales o con pelotazo con sentido a los carrileros o a Pelle, el tanque que descongestiona al equipo, y la profundidad de Éder para sorprender la salida del central rival. Será una pena que si algún día lo saco del cajón vea que el rival que no supo contrarrestarlo, sobre todo en el primer tiempo, fue La Roja. Los nuestros salieron con la intención de presionar arriba con Nolito, Silva y Morata, pero les faltó convicción a la hora de soltar a alguien que ahogase a un comodísimo De Rossi. Busquets, incrustado con los centrales y dejando un océano en el que nadó plácidamente De Rossi, e Iniesta y Cesc, sobrepasado por tres en el medio, no daban abasto en inferioridad. En un tablero de ajedrez los italianos son gente que se siente realizada. Cuando te complicaban con caballo y peón, De Rossi y Pelle, una alternativa podría haber sido meter a San José con el tanque italiano, Piqué librando y Ramos como segundo marcador, metiendo efectivos en una línea por delante al rescate de Cesc y Busquets.
Los cambios, de alguien al que admiro y estaré eternamente agradecido por sus formas a la hora de llevar un equipo, sumados al orgullo de los nuestros, hicieron que el partido ya fuese en dos direcciones. Con el tiempo nos daremos cuentas del mérito que han tenido los nuestros con la consecución de tres títulos de la mejor camada de la historia del fútbol español. Siendo conscientes de que la transición es ley de vida aunque no esperábamos que fuese tan amarga. Lo dicho, si tenéis curiosidad o certeza por la profesión de entrenador, echarle una visual a esos partidos porque yo mientras tanto seguiré sin poner la alarma y opinando en vez de tomando decisiones, que es muchísimo más fácil.